Entrevista: Dr. Armando Schmukler
El Dr.
Armando
Schmukler, presidente del Colegio de médicos, analiza diversos aspectos de la
problemática y postula una alternativa para tratarla.
-¿Cómo
se manifiesta la violencia?
A.S- Esta violencia tiene un amplio
espectro. No solo en las agresiones físicas, sino también, en las agresiones
psíquicas. Tampoco tiene un lugar geográfico, que de alguna manera se podría
esquematizar en lugares marginales de una ciudad o los más empobrecidos donde
pueden haber algún otro tipo de problemática relacionada como puede ser robo,
adicciones, etcétera. No, por el contrario, nosotros no queremos estigmatizar.
Todos los agentes médicos están atravesados por la experiencia de algún grado
de violencia que puede ser psíquica y demás. En este aspecto, un tema central
es la no estigmatización del lugar de la violencia, que nos va a llevar después
a que no hay soluciones únicas y mágicas.
-¿Se
ha intensificado en el ámbito de salud?
A.S- Si, se ha intensificado, es más
visible. El tema violencia no es solo nuestro, no es privativo de la ciudad ni
la Republica. Es un tema que afecta a todo el mundo, tal es así que la
Organización Mundial de la Salud dice que “entre los distintos oficios y
trabajos, la violencia en el área de salud va a la cabeza con cifras que rondan
aproximadamente una tercera parte de las denuncias”.
-
¿Qué actores forman parte del problema y consecuentemente pueden ser afectados?
A.S- Cuando digo agentes de
salud no me refiero al médico solamente, sino están involucrados otros
trabajadores de salud como enfermeras, kinesiólogos, etcétera. Todos
atravesados por el mismo riesgo; incluso no solo en el ámbito de trabajo sino
en lo que puede ser fuera de él. Se han visto amenazas, persecuciones y demás
fuera del ámbito laboral.
- ¿Por qué surge y con qué objetivos el acto de violencia laboral en los servicios de salud organizado por el Colegio de Médicos y la Asociación Médica, llevado a cabo a fines del año pasado?
A.S- Nosotros desde el Colegio de Médicos hemos visto últimamente esta problemática, entre otras tantas, que tiene que ver con la violencia para con el medico en su sitio de ejercicio de la profesión. El tema violencia está muy en boga por distintas razones, nosotros la queremos despejar. De ninguna manera queremos hacer una utilización política ni operacional sobre eso. Lo que si nos importa es instalar el tema para llevarlo a discusión en los foros médicos que tiene que proteger su accionar. Con ese presupuesto y ese diagnostico inicial, nos plantamos con las organizaciones médicas trabajar sobre el tema y así surge un primer taller de autoconvocados donde se empiezan a plantear las cosas.
-
¿Por qué causas puede producirse y qué situaciones impulsan a generarla?
A.S- De pronto un ámbito
físico no apropiado, con una espera no apropiada, por ejemplo, alguien que esté
esperando ser atendido y está con 40 grados de temperatura con un bebé puede
llegar a predisponer a una agresión, una reacción del paciente porque
obviamente no ha sido atendido; si ese mismo paciente solicita un turno a un
administrativo y éste lo trata mal, no lo mira a los ojos, no le dice cuanto
tiene que esperar, o sea, una mala atención también va a predisponer a generar
violencia. Con ello estamos extendiendo el ámbito meramente del hecho de
violencia, lo llevamos al ambiente físico, a la atención.
Y también tiene que ver con
toda la sociedad porque ha cambiado su paradigma en relación con el médico ya
que hoy en día el paciente pregunta, cuestiona, decide; y esa autonomía, que es
positiva, puede paradójicamente llegar a impulsar un acto violento. Por
ejemplo, un paciente recibe un informe
sorpresivo o que no quiere escuchar, como es el caso de las terapias intensivas
que suele no dar buenas noticias sobre todo a familiares de gente joven. ¿Por
qué genera eso? Por propias reacciones humanas. ¿Como se puede atemperar?
Teniendo un ámbito adecuado para
informar, teniendo el tiempo necesario para informar. Muchas veces los
médicos están informando a las dos de la mañana, después de 24 horas de trabajo,
con cansancio y tensión; entonces la predisposición para informar y el ambiente
no es el mejor y seguramente van a ser respuestas cortantes, secas, poco
explicativas. A veces los médicos confundimos entre emisor y receptor creemos
que el receptor está a la misma altura técnica en comprensión que nosotros y
hablamos un lenguaje equivocado.
-
¿Qué proceso debe llevarse a cabo para emprender su tratamiento?
A.S- El tema violencia debe
ser enmarcado en un aspecto general y luego debe ser particularizado para hacer
un diagnostico y posteriormente un tratamiento. Se trata de llevarlo a la
particularidad de cada lugar de trabajo, ya que sin un diagnostico apropiado no
puede haber un tratamiento y para ello es necesario determinar las causales de
cada lugar. No hay soluciones mágicas, no es que pidiendo más policías se
soluciona. El problema de la violencia es muy amplio, muy abarcativo y necesita
un diagnostico situacional, específico en cada área.
-
¿Cuál es el rol que las autoridades deben ejercer al respecto?
A.S- Sabemos que identificar
la cosa tiene que ser de los propios actores y es así, pero también necesitamos
que las autoridades se comprometan en el asunto. Si tenemos buen diagnostico y
decimos bueno hay que poner una sala de espera acorde como para dar el informe
y la autoridad hace caso omiso a esa situación, entonces estamos en lo mismo.
Esto requiere entonces compromiso de las autoridades. Replicando el molde de lo
macro a lo micro, acá también necesitamos el apoyo de las autoridades máximas y
después de las autoridades locales de cada hospital. Una cosa es que el
ministro digan “deben hacer tal cosa”, y otra es que el director médico, el
jefe de la terapia intensiva, el jefe de la guardia se ayorne a estas
directivas. Se trata también, de no atomizarse con distintas posturas y que se
sumen los esfuerzos de modo de ser más operacionales y eficaces.
Tal como explica Schmukler,
un diagnóstico particularizado es fundamental para visualizar de qué manera
proceder ante un conflicto de gran amplitud y versatilidad. Un verdadero
reto que deberán asumir las autoridades.
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