sábado, 15 de diciembre de 2012

“El problema de violencia es muy amplio y necesita un diagnóstico situacional particularizado”


Entrevista: Dr. Armando Schmukler


El Dr. Armando Schmukler, presidente del Colegio de médicos, analiza diversos aspectos de la problemática y postula una alternativa para tratarla.


-¿Cómo se manifiesta la violencia?
A.S- Esta violencia tiene un amplio espectro. No solo en las agresiones físicas, sino también, en las agresiones psíquicas. Tampoco tiene un lugar geográfico, que de alguna manera se podría esquematizar en lugares marginales de una ciudad o los más empobrecidos donde pueden haber algún otro tipo de problemática relacionada como puede ser robo, adicciones, etcétera. No, por el contrario, nosotros no queremos estigmatizar. Todos los agentes médicos están atravesados por la experiencia de algún grado de violencia que puede ser psíquica y demás. En este aspecto, un tema central es la no estigmatización del lugar de la violencia, que nos va a llevar después a que no hay soluciones únicas y mágicas.




-¿Se ha intensificado en el ámbito de salud?
A.S- Si, se ha intensificado, es más visible. El tema violencia no es solo nuestro, no es privativo de la ciudad ni la Republica. Es un tema que afecta a todo el mundo, tal es así que la Organización Mundial de la Salud dice que “entre los distintos oficios y trabajos, la violencia en el área de salud va a la cabeza con cifras que rondan aproximadamente una tercera parte de las denuncias”.

- ¿Qué actores forman parte del problema y consecuentemente pueden ser afectados?
A.S- Cuando digo agentes de salud no me refiero al médico solamente, sino están involucrados otros trabajadores de salud como enfermeras, kinesiólogos, etcétera. Todos atravesados por el mismo riesgo; incluso no solo en el ámbito de trabajo sino en lo que puede ser fuera de él. Se han visto amenazas, persecuciones y demás fuera del ámbito laboral.





- ¿Por qué surge y con qué objetivos el acto de violencia laboral en los servicios de salud organizado por el Colegio de Médicos y la Asociación Médica, llevado a cabo a fines del año pasado?
A.S- Nosotros desde el Colegio de Médicos hemos visto últimamente esta problemática, entre otras tantas, que tiene que ver con la violencia para con el medico en su sitio de ejercicio de la profesión. El tema violencia está muy en boga por distintas razones, nosotros la queremos despejar. De ninguna manera queremos hacer una utilización política ni operacional sobre eso. Lo que si nos importa es instalar el tema para llevarlo a  discusión en los foros médicos que tiene que proteger su accionar. Con ese presupuesto y ese diagnostico inicial, nos plantamos con las organizaciones médicas trabajar sobre el tema y así surge un primer taller de autoconvocados donde se empiezan a plantear las cosas.


- ¿Por qué causas puede producirse y qué situaciones impulsan a generarla?
A.S- De pronto un ámbito físico no apropiado, con una espera no apropiada, por ejemplo, alguien que esté esperando ser atendido y está con 40 grados de temperatura con un bebé puede llegar a predisponer a una agresión, una reacción del paciente porque obviamente no ha sido atendido; si ese mismo paciente solicita un turno a un administrativo y éste lo trata mal, no lo mira a los ojos, no le dice cuanto tiene que esperar, o sea, una mala atención también va a predisponer a generar violencia. Con ello estamos extendiendo el ámbito meramente del hecho de violencia, lo llevamos al ambiente físico, a la atención.
Y también tiene que ver con toda la sociedad porque ha cambiado su paradigma en relación con el médico ya que hoy en día el paciente pregunta, cuestiona, decide; y esa autonomía, que es positiva, puede paradójicamente llegar a impulsar un acto violento. Por ejemplo,  un paciente recibe un informe sorpresivo o que no quiere escuchar, como es el caso de las terapias intensivas que suele no dar buenas noticias sobre todo a familiares de gente joven. ¿Por qué genera eso? Por propias reacciones humanas. ¿Como se puede atemperar? Teniendo un ámbito adecuado para  informar, teniendo el tiempo necesario para informar. Muchas veces los médicos están informando a las dos de la mañana, después de 24 horas de trabajo, con cansancio y tensión; entonces la predisposición para informar y el ambiente no es el mejor y seguramente van a ser respuestas cortantes, secas, poco explicativas. A veces los médicos confundimos entre emisor y receptor creemos que el receptor está a la misma altura técnica en comprensión que nosotros y hablamos un lenguaje equivocado.

- ¿Qué proceso debe llevarse a cabo para emprender su tratamiento?
A.S- El tema violencia debe ser enmarcado en un aspecto general y luego debe ser particularizado para hacer un diagnostico y posteriormente un tratamiento. Se trata de llevarlo a la particularidad de cada lugar de trabajo, ya que sin un diagnostico apropiado no puede haber un tratamiento y para ello es necesario determinar las causales de cada lugar. No hay soluciones mágicas, no es que pidiendo más policías se soluciona. El problema de la violencia es muy amplio, muy abarcativo y necesita un diagnostico situacional, específico en cada área.


- ¿Cuál es el rol que las autoridades deben ejercer al respecto?
A.S- Sabemos que identificar la cosa tiene que ser de los propios actores y es así, pero también necesitamos que las autoridades se comprometan en el asunto. Si tenemos buen diagnostico y decimos bueno hay que poner una sala de espera acorde como para dar el informe y la autoridad hace caso omiso a esa situación, entonces estamos en lo mismo. Esto requiere entonces compromiso de las autoridades. Replicando el molde de lo macro a lo micro, acá también necesitamos el apoyo de las autoridades máximas y después de las autoridades locales de cada hospital. Una cosa es que el ministro digan “deben hacer tal cosa”, y otra es que el director médico, el jefe de la terapia intensiva, el jefe de la guardia se ayorne a estas directivas. Se trata también, de no atomizarse con distintas posturas y que se sumen los esfuerzos de modo de ser más operacionales y eficaces.

Tal como explica Schmukler, un diagnóstico particularizado es fundamental para visualizar de qué manera proceder ante un conflicto de gran amplitud y versatilidad. Un verdadero reto que deberán asumir las autoridades.


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