domingo, 16 de diciembre de 2012

Inseguridad en hospitales públicos de Rosario: Acerca del problema


La Organización Mundial de la Salud (OMS), a fines del año 2011, lanzó una estadística que da cuenta de que una cuarta parte de la violencia laboral mundial ocurre en el sector salud. Rosario no es ajena a esta realidad.  Así, lo demuestra un informe realizado por el diario La capital: “Al menos dos trabajadores del servicio público de salud resultan agredidos cada semana”, teniendo en cuenta que estos episodios superan en número a los que terminan saliendo a la luz (octubre 2011)”.

Para dar cuenta de esta problemática acudimos a los nosocomios mas relevantes de nuestra localidad y alrededores: Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), Hospital Provincial,  Hospital Eva Perón en Granadero Baigorria, así como también a diversos referentes de organizaciones atenientes al círculo médico como la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA) y el Colegio de Médicos.

Es loable destacar que cuando hablamos de violencia en instituciones sanitarias los afectados pueden ser desde el médico titular, hasta enfermeros, administrativos u otros pacientes: “Todos atravesados por el mismo riesgo; incluso no solo en el ámbito de trabajo sino en lo que puede ser fuera de él. Se han visto amenazas, persecuciones y demás fuera del ámbito laboral” asegura el Doctor Armando Schmukler, Presidente del Colegio de Médicos.

Día tras día, se rumorea, otras veces son dados a la luz a través de los medios, pero en su mayoría, los hechos de violencia, son invisibilizados, así lo demuestran las pocas o casi nulas denuncias que se hacen al respecto. El portar un arma de fuego, agredir tanto física como verbalmente al personal de una entidad pública son moneda corriente ante una situación de gravedad. Hay quienes aseguran que la misma es un reflejo de lo que sucede en la sociedad, demás estar decir los innumerables casos de violencia familiar ni hablar de los llamados feminicidios, una ola de hechos violentos con diversas variables sacuden a nuestro país y lo que se vive en los hospitales es la otra cara de una misma moneda.

Al momento de llevar a cabo la infracción, el médico Javier Fernández del Eva Perón afirma que “muchos vienen drogados bajo el efecto del alcohol, cocaína, marihuana; están como perdidos”. La  droga, el narcotráfico, el paco, se han  instalado en la ciudad y con ella la delincuencia ha encontrado la veta que mas le calza.

Por otra parte, Schmuckler, pone en jaque la función de sus colegas al señalar que: “A veces los médicos confundimos entre emisor y receptor, creemos que el receptor está a la misma altura técnica en comprensión que nosotros y hablamos un lenguaje equivocado, también tiene que ver con toda la sociedad, porque ha cambiado su paradigma en relación con el médico, ya que hoy en día el paciente pregunta, cuestiona, decide”. La pérdida de autoridad, es una de las cuestiones que más se debaten, son frecuentes las reuniones en los establecimientos escolares y una vez observamos como un aspecto específico se expande y resuena en lo que alguna vez fue la figura del médico; ante este cambio de paradigma, hay quienes sostienen que el mejor remedio es apelar al diálogo, consenso, abandonar la dirección verticalista en pro de la horizontalidad.
Al respecto, rescatamos las afirmaciones del Director del Hospital Roque Sáenz Peña, Federico Corner, ante un hecho de violencia sufrido en su establecimiento por el cual una colega recibió patadas en el cuerpo y golpes en la cara: “Lamento la violencia social que se traslada a todos los ámbitos; la gente viene violenta y espera respuestas que muchas veces no tenemos, pero lo que hacemos es actuar para ayudarlos. No es normal lo que está pasando; estamos padeciendo un fenómeno sociológico digno de ser investigado”.

Mientras tanto, una de las soluciones que se implementaron para menguar los casos de violencia, fue la inclusión de cámaras de seguridad, uno de los pioneros fue el HECA, en este sentido hay quienes sostienen que se ha visto una mejora en el entorno laboral, otros como la secretaria de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario, Adela Armando, asegura que dicha problemática "no se resuelve poniendo cámaras, detectores de metal o con más personal de vigilancia en el lugar; es una situación que requiere repensar los procesos de atención de pacientes".
Con este panorama se hace cada vez más difícil satisfacer al personal de salud así como también cubrir los roles específicos, así lo demuestra la Doctora Griselda Kopecky:Está pasando ahora que no se encuentran médicos de guardias que reemplacen, hay una falta total de trabajo, hay demanda de trabajo pero no quieren ir a trabajar los médicos”. El miedo, la incertidumbre parece apoderarse y pesar a la hora de ingresar a trabajar en un nosocomio.

El sociólogo Max Weber, utilizaba el concepto de anomia para dar cuenta de todo aquello que se escapaba a la norma, a las conductas y o acciones reconocidas, esperadas; el caso de la inseguridad en los hospitales es un claro ejemplo de anomia, tal vez la solución no se encuentre en volver a ese primer momento en que se le brindaba una fe ciega al médico, ni por el contrario, creer que ante está pérdida estamos en condiciones de discutir con el profesional, exigirle, imponerle su labor; quizás la alternativa sea repensar nuevas estrategias de convivencia entre el médico, el paciente y toda la comunidad porque de lo contrario "El hospital termina transformándose en una cancha de fútbol. Va más rápido la violencia que las acciones para lograr más seguridad" (Doctor Eduardo Taboada). 

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